SONETO
Si rica, bella y alta tú lo fueras,
y distinguida, culta y educada,
con la clase que no veo en tu mirada,
¡qué virtudes en ti si las tuvieras!.
A riesgo de encontrarte ya de veras
con las musas, pues no fuiste invitada,
te viste en tu interior embarazada
de tus formas y guisas cicateras.
Como actriz, “prima donna” hubieras sido,
¿y a pesar de tu enojo con las hadas,
despertaste a ese príncipe dormido?.
En tus sienes, ya con olas plateadas,
sentirás que lo que queda es un latido,
y serás el capricho de las nadas.
Juan Carlos
Si rica, bella y alta tú lo fueras,
y distinguida, culta y educada,
con la clase que no veo en tu mirada,
¡qué virtudes en ti si las tuvieras!.
A riesgo de encontrarte ya de veras
con las musas, pues no fuiste invitada,
te viste en tu interior embarazada
de tus formas y guisas cicateras.
Como actriz, “prima donna” hubieras sido,
¿y a pesar de tu enojo con las hadas,
despertaste a ese príncipe dormido?.
En tus sienes, ya con olas plateadas,
sentirás que lo que queda es un latido,
y serás el capricho de las nadas.
Juan Carlos
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