El soplo de la vida se ha hecho vida,
proclaman mis latidos, ¿yo lo quise?
¿por qué antes de ser ella ya fue herida?
Nada espera, nada es y nada dice.
¿Un corazón que de pureza viste,
tan pronto la razón le contradice?
El mensaje se oyó, y apareciste,
¡comienzo a morir! ¿y aún no he nacido?
¡qué injusto es el pecado que me diste!
De mácula que reina donde anido,
el prisionero soy sin ser culpable
y ya me apura el tiempo concedido.
Con rigor de sentencia inapelable,
las fauces de las fieras obstinadas
se sacian de un poder inexorable.
Vislumbro en mí las fuerzas ya cansadas,
y nuevas en el atrio yo imagino;
de brillo y viejo temple, las espadas.
Neófito en batallas, Ares genuino,
en combate me bato y desafío;
¡mis armas! polvo son las del camino.
juan carlos
proclaman mis latidos, ¿yo lo quise?
¿por qué antes de ser ella ya fue herida?
Nada espera, nada es y nada dice.
¿Un corazón que de pureza viste,
tan pronto la razón le contradice?
El mensaje se oyó, y apareciste,
¡comienzo a morir! ¿y aún no he nacido?
¡qué injusto es el pecado que me diste!
De mácula que reina donde anido,
el prisionero soy sin ser culpable
y ya me apura el tiempo concedido.
Con rigor de sentencia inapelable,
las fauces de las fieras obstinadas
se sacian de un poder inexorable.
Vislumbro en mí las fuerzas ya cansadas,
y nuevas en el atrio yo imagino;
de brillo y viejo temple, las espadas.
Neófito en batallas, Ares genuino,
en combate me bato y desafío;
¡mis armas! polvo son las del camino.
juan carlos
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