Escapar a su tiempo ya no puede
en aire dibujó aquel sentimiento,
el recuerdo en el alma que se quede.
Como el niño que duerme con un cuento,
la abuela que le mima y le hace caso,
¡y con qué poco al despertar contento!
Un encuentro casual en el ocaso.
La música más bella que ha sonado;
mas bien triste el sonar ¡fue tan escaso!
Y de estímulo el poeta coronado,
entrega con sus versos, la escritura
el corazón de escudo aguijonado.
De lágrima de otoño hoja madura.
la tierra se enriquece y se alimenta
y se abrazan sus raices con ternura.
El eco que repite la tormenta.
Punzada de la espina de una rosa.
Cariño que al cariño le atormenta.
La perla que en su concha era la diosa,
la diosa transmutada a un gran palacio;
cobijo de su mente vanidosa.
juan carlos
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